La elegimos como punto final al recorrido por los pueblos blancos. Llegamos ya de noche con tiempo solo para cenar y descansar. Al día siguiente nos esperaba el viaje de regreso a casa. Nos levantamos pronto, lo suficiente para ver el amanecer desde el puente, todo un espectáculo. Desde luego es muy gratificante madrugar, además de que se aprovecha mucho más el día, las primeras horas de la mañana son las mejores, se disfruta mucho más de los sitios ya que la mayoría de la gente no lo hace

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